Como Salir Del Adulterio Según La Biblia?
Como Salir Del Adulterio Según La Biblia? – Espíritu Santo
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Muchos indagan sobre cómo salir del adulterio según la biblia, por lo que recomiendan que si ha cometido este acto tiene que: -Pedirle perdón a Dios y a su cónyuge, esto está escrito en el Salmo 51:1-5. – Odiar el adulterio, tal como lo odia Dios.
¿Cómo pedir perdón a Dios por cometer adulterio?
Aprende los principios del arrepentimiento – La fe en Jesucristo es esencial para el arrepentimiento. Ten fe en que Jesucristo puede liberarte de la carga del pecado y que tú puedes volver a ser limpio. Reconoce que has pecado, que de alguna manera te has apartado de Dios. El cambio no puede suceder si nos negamos a admitir que hemos hecho algo mal. Siente verdadero remordimiento o pesar por las cosas en tu vida que estén en conflicto con la voluntad de Dios. Ten un deseo sincero de hacer cambios. Una vez que tus pecados sean perdonados, tu dolor será reemplazado por gozo. El pesar sincero debería llevarte a dejar de hacer lo que está mal. Jesús le dijo a la mujer sorprendida en adulterio ‘ve, y no peques más’ (Juan 8:11). Sé abierto y honesto con Dios a través de la oración y admite que has cometido errores. Una vez que hayas confesado tus pecados, pide ayuda. ‘En esto sabréis si un hombre se arrepiente de sus pecados: he aquí, los confesará y los abandonará’ (D. y C.58:43). Si es posible, debes reparar el daño que han causado tus acciones. Si has hecho daño a otra persona, pídele perdón a esa persona y haz todo lo posible para corregir la situación. Llena tu vida con cosas positivas Llena tu vida con actividades edificantes y fortalecedoras. Estas incluyen pasar tiempo con buenos amigos, orar, leer las Escrituras e ir a la iglesia. Estas actividades aportan poder espiritual y mayor fuerza para superar las debilidades. Continúa viniendo a Cristo El presidente Dallin H. Oaks, de la Primera Presidencia, abordó cada uno de los principios del arrepentimiento y dijo: ‘Todo esto es parte de la frecuente invitación de las Escrituras a venir a Cristo’ (‘Purificados por el arrepentimiento’, Liahona, mayo de 2019, pág.92).
¿Cómo se llama el espíritu de adulterio?
Asmodeo – Wikipedia, la enciclopedia libre.
¿Qué hacer en caso de adulterio según la Biblia?
Saltar al contenido La traición conyugal. El adulterio en los tiempos modernos Desde la antigüedad, la infidelidad conyugal -o lo que es lo mismo, el tener ayuntamiento carnal con persona que es casada, o siendo ambos los que se juntan casados, haciendo traición a sus consortes (Sebastián de Covarrubias, Tesoro de la lengua castellana o española, 1611, 16v)- ha sido considerada como la falta más grave a los deberes maritales.
Juristas, filósofos y autores cristianos compartieron esta opinión, si bien serán únicamente los últimos quienes, siguiendo los postulados paulinos (Cor. I, 6-7), dediquen especial atención a los peligros que para el espíritu entrañaba el quebranto de la fidelidad conyugal. Serán varias las señas que empleen para recalcar la gravedad de la traición marital.
En primer lugar, se trata de un pecado contra un sacramento, el del matrimonio, cosa santa instituida por Dios, por lo que, atentando contra él, se comete gran injuria contra el Creador. Segundo, el adulterio es equiparable al hurto, por cuanto se roba a la mujer o al marido de sus legítimos esposos.
- Y tercero, se trata de un vicio contra regla de ley natural – lo que no quieras para ti no lo quieras para otro (Juan Esteban, Orden de bien casar y aviso de casados, 1595, Cap.
- VIII)- y conforme a los Evangelios – todo lo que ustedes desearían de los demás, háganlo con ellos (Mateo 7, 12)-.
- En base a esto, y a lo expuesto por San Pablo en su carta a los Corintios, se insiste con reiteración en varias razones para huir de este pecado: a) por ordenación divina que prohíbe todo género de fornicación; b) por la unión que tenemos con Jesucristo desde el momento en que recibimos el agua del bautismo, que obliga a mantener apartado nuestro cuerpo –como parte del cuerpo de Cristo- de cualquier trato y ayuntamiento carnal realizado fuera del matrimonio; c) por el daño que de este pecado viene al cuerpo, pues con la fornicación atenta el hombre contra su propia esencia, corrompiéndola; y d) por la dignidad de los cuerpos, templos del Espíritu Santo por la gracia del bautismo y la santificación de los demás sacramentos, expuestos a terribles desgracias desde el momento en que se adultera.
Más allá del debate sobre la categorización de esta contravención a la lealtad matrimonial, es de destacar la severidad con que fue castigada la infidelidad de la esposa en casi todas las épocas y culturas. El motivo: si de la relación extramarital mantenida por la mujer nacía un hijo, éste podía ser señalado como elemento hostil al buen discurrir de vida familiar, pues provocaba la denominada turbatio sanguinis, término que hace referencia a la ignominia que para el esposo y para la pureza de su linaje suponía la conducta adúltera de su mujer cuando, siendo fértil, sembraba dudas acerca de la paternidad de los hijos, poniendo en entredicho la descendencia natural y la transmisión de la herencia.
Esta distinción, contenida de forma explícita en los códigos legislativos civiles medievales y modernos (Fuero Juzgo, Fuero Real, Partidas, Leyes de Toro y Recopilaciones normativas posteriores), no aparece como tal en la doctrina general de la Iglesia. El Concilio de Trento (Sesión XXIV, Cap. VIII) condenará de forma general esta práctica, con independencia del sexo, estado, dignidad y condición de los culpables.
Es más, mostrará especial fijación por los hombres casados que conservan y mantienen a sus concubinas en sus casas, a la vista de sus mujeres. Ahora bien, una cosa es lo que aparece recogido sobre el papel, y otra bien distinta lo sancionado en la práctica.
Las mujeres tampoco serán consideradas de la misma manera que sus maridos por las autoridades eclesiásticas. La infidelidad masculina, aunque criticada por la mayoría de los teólogos, fue tolerada y sólo vagamente censurada, mientras que la cometida por la mujer fue objeto de continuas reprobaciones y duros castigos.
¿Y entre las gentes de los Tiempos Modernos? ¿Qué opiniones y qué actitudes se generaron en torno al adulterio? Durante los siglos XVI y XVII la traición conyugal resultó ser un tema obsesivo y ampliamente condenado entre quienes nos precedieron debido a su asociación con la pérdida de la honra y la fama, valores compartidos por el marido y la mujer desde el mismo momento en que contraen matrimonio.
- De ahí que –también ellos- consideren especialmente grave la falta cometida por la esposa, porque de su conducta dependía la reputación del varón.
- La mujer adúltera será vista como una de las peores lacras para la sociedad, pues convertía a su marido en cornudo, ofendía a su familia, descuidaba las responsabilidades propias de su estado y amenazaba la continuidad de la dominación patriarcal.
Sin omitir a aquellos que alzaron la voz para culpar a los maridos del adulterio de sus esposas –caso de Cervantes en El celoso extremeño o de María de Zayas en El prevenido engañado – lo cierto es que lo común fue continuar señalando al sexo femenino como único responsable de la transgresión.
El empleo recurrente al tema del adulterio en la literatura de los siglos modernos, así como las reiteradas advertencias de los textos morales reflejan, primero, la intemporal ansiedad colectiva de una sociedad obsesionada con el sexo y su relación con el contrato social del matrimonio, y segundo, la extensión que debió alcanzar la práctica de la infidelidad conyugal durante la Modernidad.
La causa principal de este fenómeno habría que buscarla en las condiciones que solían acompañar a los matrimonios. No era el amor lo que llevaba al sacramento. Ni siquiera se consideraba conveniente el que esta ‘afición’ llegase antes de la celebración del enlace.
- De hecho, las relaciones adúlteras estarían más próximas a nuestro concepto actual de amor que las desarrolladas dentro del matrimonio.
- Constituirían una válvula de escape para sentimientos y pasiones de unos esposos que lo son exclusivamente por sometimiento a los intereses de sus familias, que se convierten en víctimas de una práctica nupcial en las que los deseos individuales no cuentan, sobre todo en los grupos medios y altos.
Esto, unido a la imposición eclesiástica y civil de la indisolubilidad del matrimonio, habría fomentado la aparición y difusión de la infidelidad, dejando en evidencia que las reglas, por mucho que se pretenda, no pueden impedir el escape de los sentimientos ni eliminar la satisfacción de los deseos.
Pero la realidad no es tan simple. Marido y mujer no sólo buscaron a través del adulterio un modelo de relación que, a priori, les habría sido negado. La transgresión surge también por otros motivos y esconde otras realidades. De hecho, tras el adulterio masculino y el femenino encontramos fines muy diferentes.
Los primeros, hastiados por las cargas propias del matrimonio, encuentran respiro y libertad en aquellas ‘amigas’ que frecuentan fueran del hogar. Unidos a ellas de por vida o acostumbrados a cambiar de compañera con facilidad, fueron muchos los que no mostraron escrúpulos a la hora de actuar contra lo dispuesto por la Iglesia.
Las mujeres, por su parte, traicionarán a sus esposos por satisfacer sentimientos no cubiertos en el matrimonio. La existencia de relaciones de poder poco equitativas entre los cónyuges no implicaría que las mujeres no buscasen también satisfacer su afectividad y sexualidad fuera del lecho marital. Y también, por procurarse alimento, vestido o cobijo en situaciones de necesidad económica y desamparo.
De hecho, serán los aprietos materiales los que empujen por regla general a las adúlteras a mantener relaciones ilícitas con hombres que ostentan una condición social superior pudiendo procurarles un bocado diario. Mujeres que han vivido la experiencia de un matrimonio fracasado o que han huido de la compañía de sus maridos a consecuencia de los malos tratos.
Toca ahora hacer mención a los cónyuges defraudados; al modo en que reaccionan –o se les aconseja reaccionar- al descubrir el engaño. A ellos, antes de confirmar la infidelidad de sus esposas, se les recomienda actuar con cordura, evitar los celos y cuestionar la veracidad de los rumores difundidos por la vecindad.
Teólogos y moralistas hacen un llamamiento a la sensatez, al sosiego de espíritu y a la confianza en la bondad de la mujer, al tiempo que compelen a eliminar cualquier acción que pudiera ser origen de aborrecimientos y enojos entre el matrimonio. Se les explica que resulta de mayor utilidad hacer entender a sus compañeras la confianza que tienen en ellas, así como asegurar su guardia y custodia.
- Las circunstancias cambian cuando se tienen pruebas del delito.
- En estos casos, siendo secreto el conflicto, se aconseja disimular la falta de la esposa y ponerle remedio en la intimidad del hogar, desechándose siempre la idea de acabar con la vida de la adúltera.
- Sólo en el supuesto de que el adulterio se hubiese convertido en asunto de dominio público, se exige la intervención de los tribunales.
Pero no todos los casos de adulterio femenino fueron sellados siguiendo alguno de los procedimientos anteriores. Existen pruebas de la clemencia empleada por algunos maridos para con sus esposas. Nos referimos a las cartas de perdón, otorgadas ante un escribano y testigos, muestras de la concesión formal del perdón a la adúltera y de su readmisión en el hogar conyugal.
No obstante, las cosas no siempre son lo parecen. El contenido de estos documentos obliga a ser precavidos a la hora de extraer conclusiones acerca de las verdaderas intenciones de quienes las otorgaban. Poco parecen haber tenido que ver con la debilidad de quienes las concedieron, las presiones de la moral social o el amor hacia sus esposas.
Junto al propósito expreso del marido de perdonar a la mujer adúltera, la carta incluía el compromiso del otorgante de no dar mala vida a su esposa; precaución que prueba la existencia de ‘perdones’ que en última instancia no perseguían la reanudación de una vida marital pacífica.
Muy al contrario, muchos de estos esposos ‘indulgentes’ tan sólo habrían procurado con su gracia el regreso al hogar de sus mujeres para poder disponer de ellas libremente y castigarlas según su criterio por el dolo perpetrado contra su honor. Finalmente, no faltaron quienes toleraron los excesos de sus mujeres o, incluso, se sirvieron de ellos para ganarse la vida.
Por regla general se trata de individuos pertenecientes a grupos sociales con pocos recursos, que ven en los regalos del amante a su esposa la posibilidad de salvar situaciones familiares complicadas. Aun a costa de su honor y fama, se dedican a beneficiarse de una situación cómoda, cuando no actúan abiertamente como rufianes cubriéndose con el manto legal del matrimonio.
- Más que sufridores, estos esposos eran tenidos por activos beneficiarios de los atractivos de sus mujeres.
- Tipos dignos de recibir cualquier tipo de burla o desprecio, como queda reflejado en la poesía burlesca de Quevedo.
- Y pecados castigados por la justicia con el castigo mayor: el presidio africano.
Frente a los consejos dirigidos a los esposos, a las mujeres víctimas de adulterio se les recomienda templanza y contención. Desplazadas por otras mujeres, se esperaba de ellas entereza y resignación. A lo sumo, podían mostrarse serias ante sus maridos para darles a entender el pesar causado por sus flaquezas, tratar de apartarlos del pecado con mansos consejos o encomendar su enmienda a Dios.
- Como contrapartida, se criticaba la actitud de quienes, en vez de permanecer sujetas a sus cónyuges, los compelían, acechaban o espiaban para averiguar todo tipo de circunstancias.
- Suponemos que la mayoría de las mujeres de los Tiempos Modernos aguantaron con paciencia las consecuencias de las incontroladas pasiones de sus esposos.
No obstante, no todas se amoldaron al ideal propuesto por las instituciones. En ocasiones, cuando el cabeza de familia no cumplía con el deber de protección a satisfacción, las mujeres no tuvieron inconveniente en actuar con resolución a fin de enderezar la situación, sin descartar el acudir a los tribunales requiriendo ayuda, en especial cuando el adulterio venía acompañado de otros agravantes relacionados con el desembolso efectuado por los maridos infieles con sus amantes.
La convicción y perseverancia con que algunas se enfrentaron a la situación demuestra el carácter decidido de las protagonistas de estas historias, al tiempo que permite intuir la existencia de ciertas fisuras en el intocable poder patriarcal, rendijas identificadas y aprovechadas por las mujeres para hacer valer sus derechos y emplear los medios dispuestos a su alcance.
Aun así, no podemos omitir a aquellas mujeres que aceptaron convivir no sólo con sus esposos, sino también con las ‘amigas’ de estos y con los hijos resultantes de la relación adúltera. Las esposas que aceptan esta anómala situación lo hacen porque no disponen de los medios necesarios para mantenerse por sí solas, ni quien pueda proporcionárselos.
Prefieren compartir techo con quienes las ofenden y sus vástagos antes que caer en desgracia por haberse despegado de sus incorregibles maridos. Incluso reclaman su liberación de la prisión y regreso al hogar por las penurias que esta situación genera en sus vidas. En resumen, la conducta adúltera, incluso contraviniendo el orden establecido –desde el mundo de lo civil o de lo religioso-, representa la materialización de unas necesidades, afectivas y/o materiales.
Si estas son las causas, sus consecuencias tienen que ver con la subversión del equilibrio de las instituciones de los que la sociedad se vale para su pervivencia y evolución: la familia, en primer lugar; asimismo la comunidad.
¿Cómo trabaja el demonio Asmodeo?
El espíritu de Asmodeo, es falso amigo, falso aliado; su propósito es, sutilmente enseñarte a destruir a otros o auto destruirte, con el vicio del placer.
¿Cómo empieza el adulterio?
Punto de vista en la religión – Si se está casado y se tienen relaciones sexuales con otra persona, se está cometiendo adulterio. Hay quienes creen que, en la caracterización anterior, se da un sentido amplio a «relaciones sexuales». En el Nuevo Testamento, Jesús amplía la definición de adulterio, con lo cual cometer adulterio no se limita a la comisión carnal del acto sexual con una persona diferente al esposo o la esposa, además se comete hasta con mirar y desear a una persona que no sea el cónyuge; ( Mateo, 5:27-28 ) esto incluye la visualización de contenido para adultos o erótico,
¿Qué significa que una persona viva en adulterio?
1. Gral. Relación sexual de persona casada con otra que no sea su cónyuge. Constituye grave infracción al deber de fidelidad que impone el matrimonio.
¿Qué pierde la persona que comete adulterio?
ASESORIA LEGAL EN TEMAS CIVILES Y DERECHO DE FAMILIA. – El Adulterio EL ADULTERIO EN EL MATRIMONIO 1 DEFINICION: El adulterio consiste en mantener relaciones sexuales con una persona distinta al cónyuge. El adulterio se configura por el simple acto sexual con una persona fuera del matrimonio. El adulterio no es un delito; sin embargo, es la primera de las trece causales de divorcio del Código Civil Peruano.
Veamos lo que dice el Código Civil Peruano sobre el adulterio: 2. CODIGO CIVIL PERUANO Título IV- Decaimiento y disolución del vínculo matrimonial Capítulo Primero: Separación de Cuerpos Artículo 333°- Causales para la separación de cuerpos Articulo 336º.- Improcedencia de separación por adulterio Articulo 343º. – Perdida de derechos hereditarios Artículo 344º.- Revocación de consentimiento Articulo 351º.- Reparación del cónyuge inocente Articulo 352º. – Perdida de gananciales por el cónyuge culpable 3. DIFICULTAD DE PROBAR EL ADULTERIO:- 4. IMPEDIMENTO PARA INICIAR O PROSEGUIR CON DEMANDA POR ADULTERIO 5. PLAZO PARA INTERPONER DEMANDA DE DIVORCIO CONSECUENCIAS Por: MONICA GRUBER
LIBRO III – DERECHO DE FAMILIA En este artículo se citan 13 causales para la separación de cuerpos, siendo la primera EL ADULTERIO. No puede intentarse la separación de cuerpos por adulterio si el ofendido lo provocó, consintió o perdonó. La cohabitación posterior al conocimiento del adulterio impide iniciar o proseguir la acción.
Articulo 340º.- Efectos de la separación convencional respecto de los hijos Los hijos se confían al cónyuge que obtuvo la separación por causa especifica, a no ser que el juez determine, por el bienestar de ellos, que se encargue de todos o de alguno el otro cónyuge o, si hay motivo grave, una tercera persona.
COMO VENCER EL ESPÍRITU DE FORNICACION Y ADULTERIO • ›› Serie ›› (CINCO REACCIONES PELIGROSAS) ›
Esta designación debe recaer por su orden, y siendo posible y conveniente, en alguno de los abuelos, hermanos o tíos. Si ambos cónyuges son culpables, los hijos varones mayores de siete años quedan a cargo del padre y las hijas menores de edad así como los hijos menores de siete años al cuidado de la madre, a no ser que el juez determine otra cosa.
El padre o madre a quien se haya confiado los hijos ejerce la patria potestad respecto de ellos. El otro queda suspendido en el ejercicio, pero lo reasume de pleno derecho si el primero muere o resulta legalmente impedido. Articulo 342º.- Determinación de la pensión alimenticia El juez señala en la sentencia la pensión alimenticia que los padres o uno de ellos debe abonar a los hijos, así como la que el marido debe pagar a la mujer o viceversa.
El cónyuge separado por culpa suya pierde los derechos hereditarios que le corresponden. Cuando se solicite la separación convencional cualquiera de las partes puede revocar su consentimiento dentro de los treinta días naturales siguientes a la audiencia.
Si los hechos que han determinado el divorcio comprometen gravemente el legítimo interés personal del cónyuge inocente, el juez podrá concederle una suma de dinero por concepto de reparación del daño moral. El cónyuge divorciado por su culpa perderá los gananciales que procedan de los bienes del otro.
Articulo 353º.- Perdida de derechos hereditarios entre cónyuges divorciados Los cónyuges divorciados no tienen derecho a heredar entre si. ‘El nacimiento del menor y el posterior reconocimiento de paternidad son sólo consecuencias del acto de la concepción, que es el acto que constituye el adulterio por excelencia, y por tanto son considerados como medios de prueba que en su conjunto prueban la causal mencionada.’ El adulterio en la mayoría de casos puede resultar ser una causa improbable ya que se debe probar fehacientemente el acto sexual cometido por el cónyuge infractor; llegando al extremo de sólo poder probar el adulterio mediante el hijo producto de la infidelidad, ya que las fotografías, las cartas y los testimoniales muchas veces no se aceptan como prueba en los juicios para acreditar esta causal.
También se deberá tener mucho cuidado al querer obtener una prueba que demuestre el adulterio del cónyuge ya que podrían ser declaradas ilegales al haber sido obtenidas de manera contraria a la ley. Así, por ejemplo, las pruebas obtenidas mediante robo, hurto o infringiendo algún derecho fundamental de la persona como por ejemplo su derecho a la intimidad o a la inviolabilidad de domicilio serán declaradas inválidas por haber sido obtenidas de manera ilegal y por ende no tendrían validez en ningún proceso.
El Código Civil peruano (art.336) advierte que no podrá interponerse la demanda basada en la causal de adulterio si el cónyuge que interpone la demanda ha provocado, ha consentido, o ha perdonado este accionar; es más nos señala que la cohabitación posterior al conocimiento del adulterio impide iniciar o proseguir con la demanda.
Con respecto al plazo que tiene el cónyuge engañado para interponer la demanda de divorcio por causal de adulterio es de seis meses conocida la causa por este; y en todo caso a los cinco años de ocurrido el hecho; sobre el particular encontramos que la Corte Suprema de Justicia ha acogido dos criterios diferentes: • En el primer criterio la Corte Suprema toma en cuenta la fecha de nacimiento del hijo extramatrimonial para que empiece ha correr el plazo de caducidad.
• En el segundo criterio la Corte Suprema nos señala que el plazo que se debe tener en cuenta para el cómputo de la caducidad es la fecha de concepción del hijo extramatrimonial. – Con lleva a la disminución o perdida de derechos sobre los hijos como, que hasta puede llegar a la pérdida de la patria potestad, la custodia y la tutela.
- El cónyuge culpable del divorcio perderá los gananciales que proceden de los bienes del otro cónyuge, mas no pierde los propios.
- De la misma manera ambos cónyuges pierden su derecho de heredar entre sí.
- Con respecto a las consecuencias que trae la sentencia de divorcio, la obligación alimenticia que existía entre los cónyuges durante el matrimonio cesa; pero si el que demanda el divorcio estuviese imposibilitado de trabajar o no tuviese bienes propios o careciera de gananciales el Juez le asignará una pensión alimenticia.
– El cónyuge que es indigente deberá ser socorrido por el ex – cónyuge, aunque haya sido culpable del divorcio. – Estas obligaciones cesan automáticamente si el alimentista (persona que es beneficiada con una asignación para alimentos) contrae matrimonio; de la misma manera si desapareciera el estado de necesidad del cónyuge el obligado tiene las facultades para demandar la exoneración así como el reembolso de lo entregado.
¿Por qué una persona no puede dejar de ser infiel?
Los motivos de la mujer infiel – Una investigación realizada en la Universidad Nacional Autónoma de México desveló que tanto los hombres como las mujeres infieles están guiados por los mismos motivos. Sin embargo, su jerarquía es completamente distinta. Por supuesto, las causas de la infidelidad femenina pueden variar según las diferentes culturas, pero en sentido general, los tres motivos más frecuentes son:
Falta de apego emocional e intimidad: la relación de pareja no es satisfactoria desde el punto de vista afectivo por lo que la mujer experimenta un enorme vacío emocional que intenta llenar con otra persona. Reafirmar la femineidad: la mujer cree que ha dejado de ser atractiva para su pareja y la infidelidad se convierte en una vía para ratificar su rol de género y volver a sentirse deseada. Experimentar el romance: en muchas relaciones de pareja a medida que pasan los años los detalles románticos disminuyen, de manera que la mujer echa de menos esos momentos y quiere sentir que es especial para alguien y volver a experimentar esas mariposas en el estómago.
¿Qué dice la Biblia sobre el adulterio?
Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón’ (Mateo 5:27-28). Así que, aunque un hombre trate de evitar ‘legalmente’ el adulterio buscando el divorcio, ya es culpable por la lujuria en su corazón que lo llevó a adoptar esas medidas.
¿Por qué se prohíbe el adulterio en el séptimo mandamiento?
Pregunta Respuesta El adulterio es la actividad sexual voluntaria entre una persona casada y alguien que no es su cónyuge. Es una adulteración del matrimonio por la inclusión de una tercera persona. La Biblia empieza su enseñanza sobre el matrimonio con el modelo de Adán y Eva: un hombre y una mujer, marido y mujer, unidos por Dios (Génesis 2:24; Marcos 10:7-9).
- En el séptimo mandamiento se prohíbe el adulterio: ‘No cometerás adulterio’ (Éxodo 20:14).
- El hecho de que la prohibición se enuncie simplemente sin ninguna explicación indica que el significado del adulterio se entendía bien en la época en que Moisés dio la ley.
- La Escritura es coherente en cuanto a la prohibición del adulterio.
A pesar de la claridad del modelo original de matrimonio y de la prohibición del adulterio, la humanidad pecadora ha desarrollado formas de intentar desdibujar las líneas de la moralidad. La poligamia es una de las formas en que se ha eludido en cierta medida la prohibición del adulterio.
- La poligamia no es técnicamente adulterio, aunque sí adultera el plan original de Dios para el matrimonio.
- En el Antiguo Testamento, la poligamia era permitida por Dios, pero nunca avalada por Él.
- La poligamia no se consideraba adulterio porque, aunque se añadía una tercera persona (o quizás una cuarta, quinta, etc.) al matrimonio, las mujeres adicionales estaban legalmente incluidas en el matrimonio.
Un polígamo que tuviera actividad sexual con otra persona que no fueran sus esposas legales seguía cometiendo adulterio. Como la poligamia es generalmente ilegal en los países modernos hoy en día, no se puede incluir legalmente a una tercera persona en el matrimonio.
- El divorcio y las segundas nupcias son otra forma de eludir la prohibición del adulterio.
- Si un hombre casado tiene una aventura, está cometiendo adulterio.
- Sin embargo, si se divorcia de su esposa y se casa con la otra mujer, mantiene su posición ‘legal’.
- En la mayoría de las sociedades modernas, esto se ha convertido en la norma.
Jesús pone fin a estas dos ‘estrategias’: ‘Un hombre que se divorcia de su esposa y se casa con otra comete adulterio’ (Lucas 16:18 – NTV). Y, ‘El que se divorcia de su esposa y se casa con otra comete adulterio contra ella; y si una mujer se divorcia de su marido y se casa con otro, comete adulterio’ (Marcos 10:11-12).
- Para Jesús, el divorcio no excluye la prohibición del adulterio.
- Si un hombre casado ve a otra mujer, la desea sexualmente, se divorcia de su esposa y se casa con la otra mujer, sigue cometiendo adulterio.
- Dado que el vínculo matrimonial está destinado a durar toda la vida, el divorcio no exime a la persona de la responsabilidad de ser fiel al cónyuge original.
(En una nota similar, reconocemos que en algunos casos la Escritura permite el divorcio y, cuando se permite el divorcio, también se permite volver a casarse sin que se considere adulterio). Jesús llevó la prohibición del adulterio incluso más allá de la ley mosaica: ‘Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio.
Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón’ (Mateo 5:27-28). Así que, aunque un hombre trate de evitar ‘legalmente’ el adulterio buscando el divorcio, ya es culpable por la lujuria en su corazón que lo llevó a adoptar esas medidas. Si un hombre trae ‘legalmente’ a otra mujer al matrimonio, convirtiéndolo en un matrimonio polígamo, sigue siendo culpable de adulterio debido a la lujuria en su corazón que lo motivó a casarse con otra esposa.
Incluso si un hombre o una mujer simplemente se entregan a pensamientos lujuriosos (la pornografía es un problema mayor), entonces él o ella están cometiendo adulterio incluso si no hay contacto físico extra-matrimonial. Esta explicación de Jesús evita todos los matices sobre ‘cuán lejos es demasiado lejos’ con alguien que no sea el cónyuge, y evita la necesidad de definir lo que es realmente el ‘sexo’.
La lujuria, no el sexo, es el límite del adulterio. Proverbios 6 da unas fuertes advertencias contra el adulterio, brindando ‘corrección e instrucción. alejándote de la mujer de tu prójimo’ (versículos 23-24). Salomón dice, ‘No codicies su belleza; no dejes que sus miradas coquetas te seduzcan. Pues una prostituta te llevará a la pobreza, pero dormir con la mujer de otro hombre te costará la vida.
¿Acaso puede un hombre echarse fuego sobre las piernas sin quemarse la ropa? ¿Podrá caminar sobre carbones encendidos sin ampollarse los pies? Así le sucederá al hombre que duerme con la esposa de otro hombre. El que la abrace no quedará sin castigo’ (versículos 25-29).
El adulterio es mortalmente grave y acarrea las consecuencias de Dios. ‘Mas el que comete adulterio es falto de entendimiento; corrompe su alma el que tal hace’ (Proverbios 6:32; cf.1 Corintios 6:18 y Hebreos 13:4). Una persona que vive en un adulterio abiertamente y sin arrepentirse da pruebas de que no ha llegado a conocer verdaderamente a Cristo.
No obstante, el adulterio tampoco es imperdonable. Cualquier pecado que un cristiano comete puede ser perdonado cuando el cristiano se arrepiente, y cualquier pecado que comete un incrédulo se puede perdonar cuando esa persona viene a Cristo con fe. ‘¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros.heredarán el reino de Dios.
- Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios’ (1 Corintios 6:9-11).
- Observa que en la iglesia de Corinto había antiguos adúlteros, pero habían sido lavados de su pecado, santificados y justificados.
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¿Cómo odia el adulterio?
LO QUE PUEDE HACER – Si usted ha cometido adulterio, tiene que pedirle perdón a Dios y a su cónyuge ( Salmo 51:1-5 ). Odie el adulterio, tal como lo odia Dios ( Salmo 97:10 ). Huya de la pornografía, de las fantasías sexuales, del coqueteo y de cualquier cosa que pudiera llevarlo a sentirse atraído a otra persona ( Mateo 5:27, 28; Santiago 1:14, 15 ).
Y si es su cónyuge el que le ha sido infiel, puede estar seguro de que Dios entiende su situación ( Malaquías 2:13, 14 ). Pídale consuelo y guía, pues la Biblia promete: ‘ mismo te sustentará’ ( Salmo 55:22 ). Si decide perdonarlo y no divorciarse, ambos han de hacer un gran esfuerzo por reconstruir su matrimonio ( Efesios 4:32 ).
‘Jehová deja pasar tu pecado’, dijo Natán al rey David, quien se arrepintió de haber cometido adulterio. ( 2 Samuel 12:13 )
¿Qué hacer si usted ha cometido adulterio?
LO QUE PUEDE HACER – Si usted ha cometido adulterio, tiene que pedirle perdón a Dios y a su cónyuge ( Salmo 51:1-5 ). Odie el adulterio, tal como lo odia Dios ( Salmo 97:10 ). Huya de la pornografía, de las fantasías sexuales, del coqueteo y de cualquier cosa que pudiera llevarlo a sentirse atraído a otra persona ( Mateo 5:27, 28; Santiago 1:14, 15 ).
Y si es su cónyuge el que le ha sido infiel, puede estar seguro de que Dios entiende su situación ( Malaquías 2:13, 14 ). Pídale consuelo y guía, pues la Biblia promete: ‘ mismo te sustentará’ ( Salmo 55:22 ). Si decide perdonarlo y no divorciarse, ambos han de hacer un gran esfuerzo por reconstruir su matrimonio ( Efesios 4:32 ).
‘Jehová deja pasar tu pecado’, dijo Natán al rey David, quien se arrepintió de haber cometido adulterio. ( 2 Samuel 12:13 )